GESTIÓN DE LAS EMOCIONES EN FAMÍLIA
Nos hace reflexionar la necesidad de tener que tomar conciencia sobre nuestras reacciones emocionales hacia las emociones y acciones de nuestros hijos.
Antes de intentar modelar el comportamiento emocional de nuestros hijos tenemos que aprender a entendernos a nosotros mismos e intentar gestionar nuestros sentimientos.
Uno, porque ellos aprenden de nuestro comportamiento,dos; porque no les podemos exigir algo que nosotros no somos capaces de realizar.
Parto de la base de que educar es difícil a veces. El mundo en el que vivimos no invita a hacerlo. Me refiero a que todos tenemos trabajos y llegamos cansados después de las jornadas laborales, y ahora están nuestros niños allí esperándonos para jugar o para lo que sea, y cuando surge el conflicto es difícil abstraerse de tu reacción hacia algo que han hecho. Lo más fácil es sacar tu emoción hacia ellos, aunque no sea lo correcto (incluso después te sientes mal por lo que has dicho y/o hecho). y ahí es donde creo que antes de dejarnos llevar por nuestra emoción tenemos que abstraernos y pensar que vamos a enseñarles a pensar de una manera diferente.
Hay cuatro ideas fuerza que me sugiere este módulo:
– Le damos una ventaja a nuestros hijos e hijas al mostrarles cómo gestionar las emociones.
No es fácil entender esta afirmación cuando la vida te vive durante la semana y el tiempo a su lado escasea. De igual modo, cuando el confinamiento nos ha tenido más tiempo con ellos, el concepto de que gestionar adecuadamente una emoción posibilitará nuevas metas o mejorará las propuestas a nuestros hijos, también es complicado.
– Las emociones de base también motivan nuestro comportamiento hacia un objetivo, y nos aportan energía en la consecución de nuestra meta
Entender la gestión de emociones como un instrumento motivador y generador de esperanza es algo que en ocasiones me cuesta trabajo. A nivel profesional, en el ámbito educativo, es tan necesario…
– Las emociones no se pueden controlar, se pueden gestionar.
En el ámbito familiar, es algo en lo que se falla a menudo,el afán de controlar las emociones de los hijos y de aportarles respuestas propias, cerradas, sin gestión ni diálogo es habitual. Es más un intento de enseñar a pescar… con trampa. De igual modo, las propias en la vida de pareja y laboral.
– El método BCE (conectar, nombrar, acompañar y gestionar)
En primer lugar, decir que estoy encantada de compartir estas reflexiones con padres y madres que están cada vez más concienciados de que trabajar la inteligencia emocional es fundamental para nosotros mismos, a título individual, y por supuesto, a la hora de educar a nuestros hijos,
“Las emociones no se pueden controlar, se pueden gestionar». Esa es la primera frase, porque creo que es lo más complicado de conseguir: gestionar nuestras emociones. Y si pretendemos intentar gestionar las de nuestros hijos, más difícil todavía. Estoy completamente de acuerdo con que no podemos negar las emociones, están ahí, hay que reconocerlas, aceptarlas y luego intentar gestionarlas de acuerdo a la finalidad que tengamos.
Estoy de acuerdo con que la gestión emocional no es algo con lo que se nace, sino que se cultiva en el día a día. Aunque creo también que hay personas que son inteligentes emocionales por naturaleza. En cualquier caso, lo positivo para aquellos que estamos aprendiendo a gestionar nuestras emociones es que se puede seguir siempre entrenando para hacerlo cada día mejor.
Estoy acuerdo con que cuando logras conectar con la emoción tu hijo, el resultado es mucho más satisfactorio para todos. Es complicado y es un entrenamiento constante, pero funciona. Si conectamos con la emoción de nuestro hijo es como si “hablásemos el mismo idioma” y es cuando podemos empezar a “negociar” y encontrar una solución.
Una vez escuché en una charla de Víctor Kúppers, que decía algo así como que puedes haber estado toda la vida formándote para una prueba y estar muy preparado, pero cuando llega el momento de la verdad, si no gestionas bien una emoción que te llega, se puede estropear todo. Eso da mucho que pensar. Siempre se ha dicho que los nervios te pueden jugar una pasada. Quien dice nervios, dice miedo, inseguridad, sorpresa, tristeza…
Y para terminar, me encanta la frase de “La felicidad no es la ausencia de problemas, es la habilidad de gestionarlos con cabeza y corazón”. Es complicado, pero en el camino estamos de seguir aprendiendo.
SI te animas a bucear conmigo . O simplemente para charlar sobre tu situación en casa, sobre tus dudas, sobre cómo poder GESTIONAS LAS EMOCIONES de tu niñ@. Puedes ponerte en contacto conmigo en mi correo
PD: Date la oportunidad de probar herramientas educativas distintas si quieres conseguir resultados diferentes con tus hijos. Si quieres saber como puedo ayudarte puedes reservar tu sesión de valoración gratuita para poder tratar de forma personal y totalmente confidencial.