1 – Dale mucho amor al cerebro que el agua a una planta. Los niños que han sido queridos, besados, tocados, achuchados, cogidos en brazos, cuidados y escuchados crecen siendo adultos que se sienten seguros en el mundo.
2 – Dar las gracias. Enséñales a agradecer las pequeñas y grandes cosas a gratitud, favorece la estabilidad mental y enriquece el crecimiento de los niños. Los niños valoran más lo que tienen y a su entorno.
3 – Ser positivo. Los niños educados en un entorno positivo son más seguros y creen más en sí mismos. Tienen mayor control de su mente.
4 – No etiquetar. Se debe evitar rotular a los niños. Decirles ‘eres malo’, ‘eres llorón’, etc. les predisponen a moldear su actitud para encajar en este perfil.
5 – No dramatizar. Acepta tus fracasos y los suyos también Debemos dar su justo valor a las cosas y a las situaciones
6 – Logro personal. Los niños son más felices si consiguen sus objetivos por sus propios méritos. Debemos animarles en este sentido.
7 – Autonomía. Estimular la independencia de los niños, potenciará su autoestima, su seguridad y la confianza en sí mismos.
8- besas a tus hijos o les llevas al cole de la mano vuestro cerebro segrega oxitocina una hormona que une al niño con sus padres y le aporta amor y confianza
9 – Pon límites y normas…adultos capaces de satisfacer sus deseos de acuerdo a las normas sociales. Por eso es tan importante que los padres sean capaces de establecer rutinas positivas, límites y normas. Sabemos que los niños que aprenden de sus padres a resolver conflictos, respetar normas y límites con menos gritos y enfados
10 – Juega, juega y juega El juego estimula el contacto físico, ayuda al niño a aprender a establecer vínculos con sus padres y es un acto de disfrute en sí mismo. Si quieres que tu hijo sea un adulto feliz permítele que juegue libremente y disfruta jugando con él.